Era de noche cuando llegué a mi habitación luego del exhaustivo ensayo que había tenido con las porristas. Entré a mi habitación totalmente obscura y fui tambaleándome por ella para encender la luz. Mientras dejaba mi bolso sobre la cama vi mi celular escondido debajo de un almohadón. -Con que aquí estabas... -Musité y lo tomé vi en la pantalla escrito el mensaje "Dos llamadas perdidas" no pude evitar suspirar, hacia semanas que no hablaba con mi familia, realmente las cosas estaban peor de lo que yo creí, por momentos deseaba olvidarme completamente de ellos. Dejé que el móvil resbalara de mis manos y volviera a caer sobre la cama y me acerqué un cajón, donde guardaba algunas fotos familiares, al meter la mano dentro de el sentí una puntada en mi dedo y vi como una herida de color carmesí se extendía a lo largo de el. Refunfuñando caminé hacia el baño y tomé una toalla, al examinar la herida me di cuenta que era más profunda de lo que pensaba, en ese momento sentí nauseas. Tomé mi bolso nuevamente y me encaminé a la enfermería, tranquilamente.
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Jue 30 Dic 2010, 15:38 por Invitado
